El entrenamiento de core para la prevención de lesiones y la mejora del perfeccionamiento técnico-deportivo

Introducción

El término core se entiende como el centro de gravedad del cuerpo, desde donde se inicia la producción de la fuerza muscular y la estabilización de la postura para conseguir una eficiencia óptima de los movimientos.

El entrenamiento de core (área propioceptiva) es una las tres áreas de trabajo del modelo de PF, que junto con el entrenamiento de la coordinación y las técnicas deportivas (área coordinativa) y el entrenamiento de la fuerza muscular y la resistencia cardiorrespiratoria (área de rendimiento) configuran la base de este modelo. En las sesiones de entrenamiento deberían coexistir las tres áreas de trabajo, para que la adquisición del control del propio esquema corporal (representación mental) sea lo más eficiente posible. La aplicación de estas tres áreas hará disminuir la densidad del entrenamiento y también las lesiones.

La proporción porcentual de estas tres áreas de trabajo viene dada por las características biotipológicas de cada uno de los deportistas, el nivel de maestría, edad, sexo y también por el material disponible. Es fundamental que la dosis de la carga de trabajo sea individualizada y se actualice periódicamente.

Entrenamiento de core

El entrenamiento de core fortalece los grupos musculares del tronco, de la pelvis y de las extremidades, que proporcionan estabilidad (lumbopélvica y escapular) sobre la columna vertebral, necesaria para realizar la actividad física diaria y mantener una postura adecuada.

El entrenamiento de core pretende la adaptación anatómica, fisiológica y neuromuscular del organismo del deportista. La transmisión de fuerzas desde el centro de masas del cuerpo y la mejora de la estabilidad lumbopélvica y escapular son los ejes principales para alcanzar un control eficiente del esquema corporal. La dirección de este control proviene en todo momento de la toma de consciencia del deportista del propio esquema corporal y de los mecanismos de adaptación neurofisiológicos del movimiento y del aprendizaje motor.

La postura es la estructura anatómica del esquema corporal y debe adaptarse a la función (acciones deportivas) y al mismo tiempo requiere esta adaptación fisiológica y neuromuscular del organismo. Una postura no entrenada adecuadamente provoca un control deficiente del propio esquema corporal y modifica la función, la acción deportiva, aumentando las posibilidades de producirse una lesión.

La postura adquiere una estructura anatómica adaptada a las actividades cotidianas habituales de cada persona, dicho de otro modo, las necesidades diarias modifican la postura, se adapta a la función. La causa de esta adaptación es la actitud postural (especialmente estática), reflejo del desarrollo motor y del aprendizaje de formas más cómodas, que se normalizan como patrones de comportamiento psicomotor poco funcionales en el ámbito del deporte.

El entrenamiento de core se encarga de modificar la estructura anatómica de la postura del deportista, es decir, de cambiar los patrones de su comportamiento psicomotor. Esto no es tan fácil de conseguirlo. Al principio la conciencia interpreta la imagen mental del esquema corporal como una anomalía psicomotora. Así pues, la especialización deportiva pretende un cambio de conducta no sólo psicomotora, sino también de la personalidad del deportista.

Mirallas, 2020.